” A LOS PIES DEL SEÑOR “

La intercesión es un llamado de Jesús a hombres y mujeres escogidos por Dios para que olvidándose de sus propios sufrimientos se postren a sus pies a rogarle por las penas de los demás. Jesús, el único intercesor a la derecha del Padre y el único camino para llegar a El, le presentará nuestras súplicas. Recordemos que El dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede ir al Padre si no es a través de Mí.” (Juan 14:6).

Para presentarse ante Jesús con ruegos y clamores, el intercesor deber tener un corazón limpio de pecados, resentimientos, odios, rechazos y discriminaciones, por eso nunca debemos elevar nuestros ojos a Dios si antes no nos arrepentimos, pedimos perdón y perdonamos.

El intercesor debe ser discreto pues nadie debe saber por qué y por quien se ora, como la viuda del Evangelio ante el juez injusto. Debe presentarse en sus ruegos al Señor, humilde como la mujer cananea y con una fe sin duda como la mujer que quedó completamente sana al tocar el manto del Señor. Es un ministerio silencioso, sin exhibicionismos ni reconocimiento de los hombres, pero sí con la estimación y el amor de Dios, con el que se comunica constantemente en oración intercediendo por alguien o algo: un hermano, un país, inclusive personas y lugares que ni conoce, ni conocerá jamás. Es, finalmente, como un puente entre los hombres y Jesús, quien eleva nuestras oraciones al Padre.

¿Te gustaría que tu familia tenga un verdadero hogar cristiano o que tu Patria sea libre o próspera o sobre todo cristiana? Ora porque misteriosamente el Padre sólo contesta las oraciones que sus hijos, los hombres, entregan a Jesús y éste las presenta. Por eso nosotros los hijos de Dios, que tengamos un corazón limpio y lleno de amor, podemos a través de Jesucristo conseguir cualquier cosa si oramos dentro de la voluntad del Padre. Por eso no debe sorprendernos que Satanás haga tantos esfuerzos por arrebatarle esta arma al cristiano o luche por impedirle que la use.

La intercesión es la clave de la evangelización mundial. ¿Quieres que el mundo conozca a Cristo? Ruega e intercede, clama a Jesús y el mensaje del evangelio será no sólo oído sino que será comprendido y aceptado

El Catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 2634 dice: “La intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús. Es el único intercesor ante el Padre a favor de los hombres, de los pecadores en particular” (Ro. 8:34 y Heb. 7:25).

Añade el numeral 2635: “Interceder es pedir a favor de otro, es desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios”.